En “No-Cosas. Quiebras del mundo de hoy”, el filósofo Byung-Chul Han tiene el objetivo de explicar la relación entre el sujeto y las no-cosas: cómo afectan éstas a aquél. Las no-cosas son los no-objetos. Están hechas de información y de datos. Ahora consumimos más no-cosas que cosas. El autor le llama infomanía a esto. "El fetichismo de las cosas se ha acabado. Nos volvemos fetichistas de la información y los datos" (2021, p. 7).

El filósofo muestra una postura crítica y apocalíptica sobre la relación sujetos-información y sobre el uso de las plataformas (tecnología) que contienen esa información. Ensaya ideas sobre los efectos que está sufriendo el sujeto a nivel físico, emocional y cognitivo debido al uso intensivo y extensivo del smartphone, de las redes sociales y de plataformas digitales  como Airbnb. Esta visión terrorífica remite a los debates sobre la televisión como la “caja idiota” o, incluso, a los que se tuvo sobre la fotografía respecto a la pintura. Los argumentos son causales: determinado tiene determinados efectos. 

Otra de las críticas que le hago al texto -a la primera parte- es que habla desde Europa, desde un país del norte como Alemania. Desde ahí construye su teorización sobre lo contemporáneo. Dice, por ejemplo, que en la antigüedad la libertad significaba no ser esclavo, y en la modernidad representa autonomía del sujeto (Han, 2021). Sin embargo, esa modernidad de los países del norte era construida sobre países del sur en los que la esclavitud aún era un hecho. Países del sur y del norte no tuvieron las mismas modernidades ni mucho menos fueron sincrónicas.

Ahora bien, sobre las no-cosas, sostiene que pierden significancia o dejan de representar algo. Pone el ejemplo del automóvil. “Dejará de ser una cosa a la que puedan asociarse fantasmas de poder y posesión para ser una «red informativa» móvil, es decir, un infómata que se comunica con nosotros” (Han, 2021, p. 7). ¿No es posible que tenga las dos funciones, que informe y, a la vez, represente? Jean Baudrillard, al hablar de las sociedades posmodernas, sostiene que los objetos tienen valor de signo y valor de símbolo. El primero se refiere a las connotaciones, mientras que el segundo a esa significación pero dentro de rituales simbólicos. No hay evidencia de que los no-objetos pierdan este tipo de valores o dejen de representar algo. La información también simboliza algo más allá de lo que informa.

Byung-Chul Han sostiene que las informaciones son aditivas, más no narrativas (2021). Se cuentan (numéricamente), pero no se narran. Son unidades breves, discontinuas, fragmentadas. No son una historia. Sin embargo, al mismo tiempo y en aparente contradicción, el filósofo afirma que “los productos se cargan de emociones mediante alguna storytelling” (p. 16). Parece, además, una doble contradicción porque las emociones son desatadas por signos. Nos emociona algo representamos como positivo o negativo. Nos emociona el objeto y lo que significa. Luego entonces, hay significado y hay historia. 

También, el autor habla de los algoritmos, la inteligencia artificial y el bigdata como algo que está ahí casi por generación espontánea. Habla del durante y del después de estos procesos, pero omite el antes: la construcción del programa informático. Éste está construido por seres humanos en empresas con un origen y determinadas características e intereses. El algoritmo, lo escribió alguien -un ser humano-. Y en ese sentido es falible. 

Pese a estas críticas que realizo, considero que es un autor relevante para pensar la contemporaneidad debido a que reflexiona sobre objetos y no-cosas (siguiendo su conceptualización) cotidianos como el smartphone y las selfies, cuya reciente presencia apenas comienza a extrañarnos y a desatar procesos de reflexión. En ese sentido, podemos decir que el filósofo es un precursor en esta área, que además, nos dota de categorías y conceptos para empezar a mirar estos fenómenos desde las ciencias sociales. En otras palabras, proporciona una base conceptual que podría empezar a ponerse a prueba en lo empírico.

Fuente

Han, B. (2021). No-Cosas. Quiebras del mundo de hoy. Penguin Random House.

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